En una cacerola, agregue las fresas picadas, ½ taza de azúcar, 400ml de agua y mezcle bien. En cuanto empiece a hervir, añadir 2 sobres de gelatina de fresa y volver a mezclar hasta que se disuelva toda la gelatina.
Paso 2
Apagar el fuego, añadir 400 g de nata y 198 g de leche condensada. Mezclar todo muy bien. Espera a que la fresa se enfríe y añade la nata para evitar el riesgo de cuajar.
Paso 3
Si lo prefieres, puedes sustituir la piña por fresa. Para otras frutas como uvas o maracuyá, solo agrégalas después de apagar el fuego.
Paso 4
Transfiera a un recipiente y refrigere por aproximadamente 4 horas o hasta que cuaje.